El pasado lunes, el comando dobleV se adentró en territorio oriental, y es que a mi me tira mucho esa zona. Me decidí por un coreano del que había leido buenas opiniones, y allá fuimos, ¡relamiéndonos los bigotes!
A rasgos generales, la gastronomía coreana se caracteriza por no tener un primer plato seguido de un segundo, como estamos por aquí acostumbrados, si no que consta de distintos platos que acompañan al arroz (ban-chan): verdura, pescado, marisco, tofu (dubu). Además sazonan con multitud de especias, ¡y les encanta el picante!
La comida más contundente es a mediodía, a cada comensal se le suele servir un plato de sopa y otro de arroz, colocándose el resto de los platos en el centro de la mesa para compartirlos. Como cubiertos, se utilizan cucharas para la sopa y palillos. Ojo, en Corea se usan los cubiertos hechos de metal, buen método para saber si estamos en un coreano de verdad...
Algunos de esos platos y bebidas son:
- Bulgogi: carne al fuego.
- Kimchi: plato elaborado con verduras fermentadas.
- Bibimbap: cuenco de arroz con vegetales y carne, revolviéndolo todo junto.
- Galbi: costillas de vaca a la parrilla.
- Mandu: empanadillas rellenas de carne y verduras.
- Mandukug: sopa de Mandu.
- Gochujang: salsa picante para condimentar los platos, a base de arroz, soja y chile.
- Yakju: licor de arroz.
- Cha: té.
- ...
El restaurante se llama Seoul (como la capital de Corea...), está en Ronda de Segovia, 25, con teléfono 91-3650087, y lo encuentras a los pies del estupendo Parque de las Vistillas (sí sí, el mismo que nuestro querido alcalde ha cedido al Arzobispado gran parte de sus terrenos, pero bueno, no entremos en política, ¡que me enciendo! y aquí hemos venido a comer...)
Al llegar nos hizo gracia ver que antes de ser coreano, el restuarante había sido gallego, porque aun conserva la decoración de aquel, tanto por fuera como por dentro :D
Nada más entrar nos recibió una chica con una gran sonrisa, muy amable y atenta, que estuvo cuidando todo el tiempo de hacernos sentir agusto.
Y allí nos sentamos, junto a la única mesa ocupada, con unas ocho personas de mediana edad, y creemos que de la misma Corea (detalle también importante a la hora de saber si un restaurante extrangero es de calidad, ¡oiga!), ¡y que también nos saludó al entrar!Con la carta delante, y menos mal que venía en castellano lo que era cada cosa, junto a una fotito, decidimos probar tres platos. Mientras nos lo preparaban, nos pusieron unos aperitivos que nos gustaron mucho. Eran:
- Tofu frito con salsa dulce de tomate.
- Tiras de setas y pimiento rojo marinados.
- Semillas de soja dulcecitas.
- Tiras de nabo marinado.
Para beber, pregunté si tenían cerveza corana, y con cara de sorpresa y una sonrisita, me contestó la camarera que no (huuummm, no sé, creo que no me entendió bien, porque al irnos me fijé que en una nevera al lado de la puerta tenían unos botellines con pinta de cerveza...). Así que me pedímos aguita y cola-light. Total, que esos tres platos llegaron en seguida, y así:
- Empanadillas fritas. Venían ocho. Rellenas de carne de ternera y verduras. Muy ricas, mojaditas en salsa de soja.
- Tallarines especiales con carne y verduras. Eran de arroz, con carne de ternera, setas, cebolla, pimiento, y pepitas de sésamo (esto del sésamo les encanta echárselo a los platos, y les da un toque muy bueno). Estaban muy buenos, un pelín picantes ¡y no dejamos ni rastro!
- Carne de ternera marinada con salsa de soja. Este fue el plato estrella... En cada mesa, en el centro hay un hornillo, que se cubre con una especie de plancha para asar la carne en él. Así que cuando nos trajeron las tiras de ternera, la risueña camarera con una habilidad tremenda, puso todos los trozos de carne y algunos de cebolla en la plancha. Los fue moviendo para que se hicieran por igual, y... ¡tachaaan! ahora venía lo mejor... hay que ponerlos sobre un pedazo de hoja de lechuga, untar un poco de la estupenda Gochujang -a gusto del consumido-, 'y pa' dentro! Mmmmmmm, ¡qué bueno! Nosotras lo acompañamos con un cuenquito de arroz, ¡y volvimos a no dejar ni rastro!
La camarera, tan maja ella, cuando se nos acabaron las hojitas de lechuga, nos trajo más sin pedírselo... ¡así da gusto!
Todo esto nos salio por algo menos de 25€ por barba (lo más caro fue la carne de ternera, el resto tiene un precio razonable).
Y esta fue nuestra aventura coreana, de la que salimos contentas y con ganas de repetir. Sí, sitio recomendable.