Llegamos las gatitas con ganas al restuarante asíatico. Nos gusta la decoración, servicio atento, ambiente acojedor, peceras, juncos, luz tenue, aunque las mesas están demasiado juntas (vamos, que sin quererlo te enteras de que los de al lado son un matrimonio divorciado hablando de las manutenciones de la chiquilla que revolotea a su alrededor...).
Pedimos primero las bebidas, dos colas light y una birra japo de malta que no está mal, algo ligera, la Kirin Ichiban.
De fondo se oye el cacharreo del tepanyaki... tengo ganas de probar alguno, que me han hablado muy bien de ellos, ¡y aun soy virgen!
Al fin nos decidimos por los platos:
- Rollitos vietnamitas (2/ración): muy ricos, acompañados de una salsa picante.
- Hao Kao (dimsum) de gamba:(4/ración) demasiado pequeñas y muy resvaladizas, jejejeje, con una salsa que no sabemos identificar... No terminan de convencernos.
- Sushi variado (4 niguiris, 4 hosomakis, 4 uramakis/ración): nada del otro mundo, pescado normalucho, ¡uno de ellos parecía chicle!, y un poco escaso para valer casi 20€...
- Tallarines crujientes de pollo: estos sí estaban buenos, crujientes de verdad, con setas y verduras, mmmmm.
- Pollo teriyaki (1 filete grande/ración): no esta mal, auque no nos termina de convencer a todas... el del Nippon está mucho mejor.
Y para terminar, no puede faltar algo que nos endulce...
- Tempura de helado de vainilla: una gran bola con nata y sirope de fresa, que a mi no me remata, pero sí a Vicky y a Guada. ¡Qué golosas!
- Rollitos de chocolate con naranja china (4/ración): muy pequeñitos, pero muy buenos, acompañados de nata y una bola de helado de chocolate.
Todo ello nos salió a 24€ por bigote...
Así que esto fue lo que comimos, y lo que nos dejó con hambre... Creemos que un poco caro para la calidad y cantidad.
La canción para esta entrada es todo un clásico que me pone la piel de gallina, aaahhhh...